Imagina esto: pides a todos en la audiencia que escriban su canción favorita (o primer beso, o número de tres dígitos, o lo que quieras) en un papelito y lo dejas caer en la caja de cartón al pie del escenario. La caja nunca se pierde de vista y (verdaderamente) nadie la toca. Durante tu espectáculo, invitas a un espectador a que se acerque a la caja y la abra, luego mete la mano y un papelito al azar. En el acto de abrir la caja, el espectador cambia sin saberlo todos los papeles de la audiencia por un lote completamente diferente de papeles que preparaste de antemano. Usa esto para forzar una canción o número favorito o el nombre de una celebridad. ENTONCES, puede utilizar la información escrita por los espectadores más adelante en el espectáculo.Los mentalistas identificarán inmediatamente las muchas, muchas oportunidades que ofrece esta pequeña caja. Es tan liviano como el aire, se puede decorar o reutilizar de la forma que desee, y posiblemente sea el único efecto que hemos producido que es más fácil que fácil. El espectador cambia los papeles. Ni siquiera tocas la caja.

Estamos absolutamente encantados con el ingenio de esta increíble cajita, y la forma en que está diseñada y doblada hace que el interruptor sea automático. Es imposible fallar y, creemos, imposible de entender. El factor diversión y juguete es innegable, pero los verdaderos profesionales encontrarán esta pieza invaluable. Agradecemos al creativo Mark Shortland por trabajar en esta nueva y emocionante versión.